Para mí es un honor que me sigan desde cualquier sitio, pero, ¿qué le vamos a hacer?, México, ya lo saben cuantos me conocen, tiene un lugar especial en mi corazón. Y siempre lo tendrá.
Lo que me preguntan estas amables personas es por qué no voy a hacer un programa allí similar al que me estoy refiriendo.
Mi respuesta es muy sencilla: en cuanto organicen un grupo, allí estaré.
Les aseguro que no necesito muchos pretextos para embarcarme en un viaje así.
Los años que trabajé en México fueron especialmente formativos para mí.
Los vendedores que conocí, los directores que conocí, tenían un empuje especial.
He visto en pocos sitios un deseo de prosperar, de mejorar su condición, como el que descubrí en la gente sencilla mexicana.
¿Cómo voy a negarles mi ayuda si la solicitan?
Ustedes tienen la palabra.
Muchas gracias por su atención a todos nuestros numerosos seguidores mexicanos.
¡Que les vaya bonito!