Durante muchos años he escuchado, siempre que he podido, las conferencias de Zig Ziglar, y he sido ávido lector de sus libros. Pues bien, una frase que Ziglar repite con frecuencia es: “La de Vendedor es la mejor profesión del mundo cuando se hace bien, y la peor cuando se hace mal”.
Hoy quiero dedicar este post a su memoria, porque el gran Zig Ziglar falleció el miércoles de una neumonía a la edad de 86 años.
Ziglar fue un extraordinario Vendedor y un maravilloso “motivational speaker” que orientó la vida de muchas personas, entre otras, la mía.
Empecé leyendo sus libros sobre técnicas de venta y ello me permitió descubrir muy pronto que vender consistía en algo más que en colocar productos o servicios a todo el que se dejase. Comprendí leyéndole que el mayor valor de ser Vendedor se encontraba en la oportunidad que te daba esta profesión para influir en la gente, para animarla, para alentarla, para mejorarla.
Cuando empecé a actuar desde esa perspectiva no sólo descubrí que vendía más, sino que también disfrutaba más, y, sobre todo, descubrí que esa capacidad de influir me satisfacía aún más que cerrar una simple venta.
Al mismo tiempo, me ayudaba a escapar de la tentación de considerar a un cliente como una oportunidad de hacer una venta, y me abría la perspectiva de establecer con él una relación personal que siempre era una fuente de oportunidades para mí.
Luego, a lo largo de mi carrera profesional, he recomendado a muchas personas que lean los libros de Zig, que escuchen sus animadísimas presentaciones en público. Siempre son una fuente de inspiración, un venero de ideas. Siempre señalan el camino que hay que seguir.
Desde aquí os invito, en memoria suya, a que lo recorramos juntos.
Ángel Moraleda